ACUARELAS
Cuando yo tenía siete años, mi padre le abrió un hueco en la cara a mi madre, de un escopetazo, y después se metió el caño en la boca y se suicidó. Todo esto pasó como una película, en mi cuarto, y ante mis ojos. Podría dibujar, si quisiera, la trayectoria de la bala tallando el maxilar superior, diseñando el agujero central donde estaba la nariz, creando esa careta informe que iba a ser la cara de mi mamá para siempre. La sangre se disparó como loca hasta el empapelado de la pared y también sobre mis muñecos de Toy Story y sobre mí. Las esquirlas flotaban en el aire hasta que cayeron en el temblor del segundo escopetazo que se pegó mi papá. Pero no quiero dibujar ésto. Pinto cuadros näif. Uso colores pasteles. Pinto paisajes de montaña, también océanos y me animé un par de veces con pájaros. La vida fue linda después. Viví en lo de mis abuelos un tiempo hasta que crecí y me puse a estudiar bellas artes. Caminaba todos los días por el campus universitario, cargando mi...